¡Viejo Rampla! bravo Picapiedra “que en el último segundo por la victoria luchás”

Por Miguel Aguirre Bayley

“Nobleza para ganar y frente altiva por saber perder”

La posibilidad de su retorno a la Primera División A pudo tener características de epopeya. Tres meses atrás parecía una utopía. El esfuerzo realizado por sus protagonistas representa un ejemplo de dignidad personal y deportiva. RAMPLA. El cuadro de la Fortaleza. El de overol con colores rojo y verde que desde el mes de julio afrontó en cada partido una final. En estas horas de desaliento por no haber alcanzado el objetivo final, socios, partidarios y simpatizantes de nuestra gloriosa Institución, testimonian por distintas vías su reconocimiento a los jugadores del plantel superior, a su cuerpo técnico, dirigentes y colaboradores anónimos de todos los días por el trabajo realizado.

De principio a fin, todas fueron finales

A mediados de julio pasado, Rampla ocupaba la última posición en el campeonato y en la tabla del descenso. En la primera rueda apenas había sumado 2 puntos por sus empates como local ante Progreso y Sud América, sobre un total de 33 en disputa. Pero, en la segunda ronda iniciada el 23 de julio, los rojiverdes sumaron 23 puntos por concepto de 7 triunfos, 2 empates y 2 derrotas (23 en 33 posibles).

De ahí en más, todas fueron finales. Hasta la última fecha del campeonato, Rampla debió jugar a dos tablas: por alcanzar un lugar en los play off y por zafar del repechaje a fin de evitar los partidos de ida y vuelta por el descenso. Recién con su victoria 3 a 1 sobre Miramar Misiones en el “Parque Capurro” el domingo 25 de setiembre alcanzó los dos objetivos. Épico verdaderamente. Cada partido, al borde del abismo, templó como el acero al plantel.

Finalmente, el destino colocó en un cruce de caminos histórico a rojiverdes y albicelestes. En el remozado y pintoresco estadio “Alfredo V. Viera” de los bohemios, se jugaron los dos encuentros definitorios por el ascenso a Primera División. En el de ida, ante un magnífico marco de público cuyas hinchadas colmaron sus respectivas tribunas, fue derrota por 1 a 0. La revancha finalizó con empate sin goles.

Nació para ser grande

Rampla Juniors es el primer ganador del Campeonato Uruguayo de Primera A, organizado en 1927 por la Asociación Uruguaya de Fútbol, de acuerdo al laudo dictado por el entonces presidente de la República, ingeniero José Serrato, que puso fin al cisma que había dividido al fútbol celeste.

Con el Club Nacional de Football, son las únicas instituciones presentes en todas las conquistas olímpicas y mundiales, máximo galardón obtenido por los uruguayos a nivel internacional. Junto al “Mariscal” José Nasazzi, de Bella Vista, y el “Negro jefe” Obdulio Varela, de Peñarol (quien también vistió la “rojiverde” en un amistoso ante Huracán (AFA) en Buenos Aires en 1941), el “Indio” Pedro Arispe de Rampla Juniors, integra la selecta nómina de los tres Capitanes de aquellas notables conquistas deportivas.

En su memorable gira de 1929 venció en Europa a equipos de la jerarquía del Olympic de Francia, al Tennis Borussia de Alemania, al Ayax de Holanda y al Benfica de Portugal. De esa primera incursión en el viejo continente aún conserva el récord entre los equipos uruguayos de nueve partidos consecutivos sin perder en Europa, con ocho victorias y un empate. Otra de sus giras de mayor éxito fue la realizada en 1956. Se inició en Brasil, continuó en varios países de Europa y finalizó en Medio Oriente. Allí consiguió la
primera victoria de un equipo uruguayo en Inglaterra, la cuna del fútbol, al derrotar 3 a 1 al Portsmouth, uno de los equipos más poderosos de la época en la liga inglesa.

Rampla Juniors nació para ser grande. Con la jerarquía del “Indio” Arispe, capitán campeón olímpico y mundial en Amsterdam; del sensacional “Pulpo” Enrique Ballestrero, campeón mundial en 1930; de William Martínez, campeón mundial en 1950 y con la calidad exquisita de la “Bordadora” Ramón Cantou, entre tantos y tantos cracks rojiverdes que defendieron con honor la celeste de la selección uruguaya.
RAMPLA, el hidalgo tráiler de mano con plataforma de madera, con reminiscencias de los añejos tablones del Parque Nelson. Carro apoyado en su eje con dos grandes ruedas cargado de Copas y Trofeos conquistados por “Friyis” y “Picapiedras” que manos leales y firmes enfundadas en los colores rojo y verde honran y custodian.